Hoy venimos a contaros un poco más de la vida de Marcel Proust, que junto a otros escritores/as como Franz Kafka, James Joyce, Virginia Woolf y F. Scott Fitzgerald. consolidaron una nueva literatura contemporánea del siglo XX. En la biografía de Proust encontraremos a un niño tímido y mimado, que se convertirá en un joven fiestero y divertido y más tarde se recluirá para centrarse en la escritura de su gran obra, la que le llevará a la fama: En busca del tiempo perdido.
El pequeño Marcel Proust
Marcel Proust nació en París, en el seno de una familia acomodada. Su padre, Adrien Proust, era un médico bien considerado en la sociedad, y su madre Jeanne Weil era una mujer culta descendiente de una familia adinerada de origen judío. Desde pequeño, Marcel Proust comenzó a tener problemas de salud, con frecuentes ataques de asma. Sus frágil salud hicieron que estuviese mu apegado a su madre durante gran parte de su infancia. Su madre, que contaba con un gran intelecto y estaba muy interesada en la literatura sería, probablemente la primera influencia en la vida de Marcel Proust para fomentar su amor por la lectura y la escritura.
Su salud, que le dificultaba relacionarse con otros niños de su edad y la cercana relación con su madre hicieron que Proust creciese extremadamente protegido y mimado. Los libros pronto se convirtieron en los compañeros del joven Prout, y creció su ilusión de dedicarse a la literatura. Su padre, en cambio quería que estudiase derecho, por lo que finalmente Proust cedió a las presiones familiares y comenzó sus estudios en la Escuela de Ciencias Políticas.
Juventud y fiestas
El poco interés por unos estudios que él no habría elegido sumado a vida acomodada y la buena posición social de su familia hicieron que la vida estudiantil de Proust pronto quedara en el olvido. Prefería asistir a fiestas y moverse entre la sociedad a permanecer sentado en un aula escuchando discursos sobre derecho y política.
Su elegancia innata y la facilidad de conversación hacía que escalara rápidamente en la escala social, siendo invitado a fiestas y círculos de otra manera no estarían a su alcance. Su fama creció especialmente entre las mujeres, que estaban encantadas con su inteligencia y saber estar. Este estilo de vida contrastaba con su idea de lo que debería ser la vida de un artista, que según Proust debería centrarse en la oscuridad y el silencio para encontrar inspiración para las creaciones artísticas.
Sin embargo, parece que las fiestas no diluyeron del todo su inspiración, ya que durante este tiempo aprovecho para escribir Los placeres y los días, una colección de ensayos y relatos.
Fue también en esta época en la que se tiene constancia de la primera relación homosexual del autor, que inició un romance con Lucien Daudet. En una época en la que las relaciones entre personas del mismo sexo eran tabú e incluso se condenaban con la prisión Proust y Daudet intentaron mantener su amorío en secreto.
Igual que muchos alababan su facilidad para socializar, otros le criticaban por eso mismo, y comenzó a ganarse fama de snob y presumido. Jean Lorrain fue uno de los que criticó especialmente a Proust. Llegando incluso a insinuar en su libro la posible homosexualidad de Proust y su relación con Daudet. Ante el miedo a ser descubierto y rechazado por la sociedad, Proust y Daudet decidieron acabar con su relación, y Proust comenzó evitar eventos sociales, dejando de asistir a las fiestas en las que antes triunfaba para comenzar una nueva etapa en su vida.
Un Marcel Proust en reclusión y centrado en la escritura
A este golpe a su reputación se le suma la terrible noticia del fallecimiento de su madre, con la que seguía teniendo una relación muy cercana. Esto, seguido de la de su padre, hizo que su salud empeorara y su estado de ánimo se oscureciera, por lo que decidió recluirse por completo, aislando las paredes de su casa para detener el ruido, recibiendo apenas visitas y comenzó a dedicar su tiempo a su verdadera pasión: la escritura.
En los siguientes años dedicaría casi el completo de las horas en trabajar en su escritura. Escribiría durante la noche, apenas sin comer, subsistiendo a base de café y letras. Parece que su idea original de cómo debía ser la vida del artista para encontrar la inspiración no era incierta del todo, al menos en su caso, pues fue durante estos años, enfermo y deprimido cuando escribiría su mayor obra maestra: En busca del tiempo perdido.
En 1922, 17 años después del inicio de su reclusión, Marcel Prosut contrajo una pulmonía que se llevaría su vida, dejando su obra a medio publicar. Fue su hermano quien recopilaría y publicaría el resto de su gran obra.
En busca del tiempo perdido
Escribió esta obra maestra entre 1908 y 1922, dividida en 7 partes que se fueron publicando a lo largo de los años. El texto utiliza la memoria para hacer un viaje a través del pasado. Está escrito en primera persona y muchos de los personajes y las situaciones que vive el protagonista están inspirados en la biografía del propio Marcel Proust. En su momento inspiró tanto críticas como alabanzas, pero de lo que no hay duda es que hoy en día se la considera uno de los trabajos literarios más valiosos del siglo XX.
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«Mientras los hombres sean libres de preguntar lo que deben, libres de decir lo que piensan, libres de pensar lo que quieran, la libertad nunca se perderá y la ciencia nunca podrá retroceder». Marcel Proust
En busca del tiempo perdido se divide en siete partes bien diferenciadas:
- Por el camino de Swann: el propio Proust fue quien pagó por su edición y publicació y su éxito fue más bien modesto.
- A la sombra de las muchachas en flor. Esta parte sí que condujo a un gran éxito y reconocimiento, ganando el Premio Goncour.
- El mundo de los Guarmantes
- Sodoma y Gomorra
- La prisionera
- La desaparición de Albertina
- El tiempo recobrado
La gran extensión de la obra, sumado a su carácter introspectivo y lleno de simbolismos hace que no muchos se atrevan a embarcarse en su lectura. Por eso mismo nuestra adaptación al manga puede ser la solución perfecta para quien quiera adentrarse en el mundo literario de Proust de una manera más sencilla y divertida.