Los libros de Jane Austen han conquistado a millones de lectoras y lectores gracias a su exquisita ironía, sus magistrales diálogos y, por supuesto, sus historias de amor. Si bien transcurrió casi toda su vida escribiendo, muchos textos son relatos cortos u obras inacabadas. En este blog queremos introduciros a sus seis novelas completas, para que elijáis la que más os llame la atención y os animéis a leer sus obras. Estamos convencidos de que una vez hayáis leído uno, no podréis parar hasta acabar todos los libros de Jane Austen.
Sentido y sensibilidad (1811)
Con tan solo veinte años Jane Austen empezó la escritura de Sentido y sensibilidad, que en un primer momento tituló Elinor y Marianne, los nombres de las dos hermanas protagonistas. Tras muchos años intentando convencer a un editor que apostara por la novela, finalmente logró ver su trabajo publicado en 1811, si bien ella tuvo que pagar todos los gastos. Consiguió un discreto éxito, pues la primera tirada de 750 ejemplares se agotó y llegó a la segunda edición dos años después.
La novela sigue a las dos hermanas Dashwood, que tras la muerte de su padre son abandonadas por su propio hermano John, único heredero de las propiedades del difunto señor Dashwood. La situación las obliga a mudarse, junto a su madre y a su hermana pequeña Margaret, a una modesta casa de campo, Barton Cottage, en Devonshire. A lo largo de las páginas, vemos cómo la familia se adapta a un nuevo estilo de vida mucho más humilde, pero sobre todo seguimos a Marianne y Elinor, a sus distintas maneras de actuar y responder ante las relaciones sentimentales.
La joven Marianne, rebosante de impulsividad y sensibilidad, cae rendida ante el atractivo John Willoughby, quien se muestra como el amante romántico por excelencia para al final revelarse como un interesado cazafortunas. Por otra parte, Elinor es la mayor y la más prudente, la racional de la familia que intenta llevar a sus espaldas todo el peso de las dificultades aun a costa de sacrificar su propia felicidad. Enamorada de Edward Ferrar, el hermano de la mujer de John Dashwood, su extrema discreción le hace esconder sus emociones hasta el punto en que perjudica su potencial relación con Edward, quien resulta estar prometido con otra mujer en secreto.
Las dos hermanas, cuyas características están representadas en el título de la obra, sufrirán las consecuencias de sus comportamientos y sentimientos, pero al final aprenderán a encontrar un balance gracias a la otra. Marianne entenderá que el sentido debe acompañar al corazón y Elinor logrará externalizar sus emociones a la gente que quiere.
Orgullo y prejuicio (1813)
Probablemente sea el libro de Jane Austen más conocido y amado, gracias también a las distintas adaptaciones tanto en películas como en series de televisión. La primera edición se agotó durante el primer año y, desde entonces, nunca se ha dejado de reimprimir. Inicialmente se llamaba Primeras impresiones, un título muy acertado, pues la obra muestra precisamente cómo las primeras impresiones casi siempre engañan y que solo el tiempo nos revela el valor verdadero de una persona.
Al centro de la historia nos encontramos a la familia Bennet, compuesta por cinco hermanas, muy distintas entre ellas: la mayor, Jane, considerada la más guapa y dulce y la que tiene mayor posibilidad de obtener un enlace conveniente; Elizabeth (Lizzy), inteligente e ingeniosa; la seria y silenciosa Mary, que prefiere tocar el piano en vez de asistir a los bailes; Lydia y Kitty, las más jóvenes y cotillas, dispuestas a llamar la atención en todos los eventos sociales.
La novela comienza con la llegada de un nuevo vecino, Charles Bingley, un soltero en posesión de una enorme fortuna, quien enseguida llama la atención de la señora Bennet, preocupada por el futuro de sus hijas. Aunque sus modos sean un tanto excéntricos, es consciente de que a la muerte del padre de familia, el único heredero será un primo lejano; por tanto, es de vital importancia que sus hijas se casen con un hombre que pueda mantenerlas.
La que más sufre el comportamiento de la madre es Elizabeth, la heroína de la novela, quien está decidida a casarse solo si hay amor de por medio. Su encuentro con el señor Darcy, amigo de Bingley y aún más rico que este, trastocará todas sus convicciones y prejuicios. En un principio, lo define como el último hombre con el que querría estar, por su arrogancia, orgullo y sus aires de superioridad. Se acercará al militar Wickham, amable y encantador, tanto en sus modales como en sus palabras. Sin embargo, al final Lizzy tendrá que admitir que sus primeras impresiones sobre los dos hombres no corresponden a sus verdaderas personalidades.
Mansfield Park (1814)
Mansfield Park es la primera novela de Jane escrita en el nuevo siglo XIX, y se nota. Deja las historias de la campiña inglesa y la sátira de las novelas sentimentales de finales del XVIII para adentrarse en otros terrenos, fruto del cambio provocado por la Revolución francesa y las Guerras napoleónicas. Podemos decir que esta es la novela de Jane más consciente a nivel social, pues se abordan importantes temas como el bien y el mal, la religión y la esclavitud. La riqueza de la misma familia Bertram, propietarios de Mansfield Park, guarda relación con el tráfico de esclavos.
Además de las cuestiones mencionadas, el tema central ligado a nuestra protagonista, Fanny Price, es la búsqueda de un hogar. Procedente de una humilde familia, Fanny es enviada con diez años a la imponente mansión de sus acaudalados tíos, los Bertram. Allí crecerá mientras intenta encontrar su sitio en otra familia y otro ambiente, en el que se siente extraña e inadecuada. Para su suerte, contará con el apoyo y el aprecio de su primo Edmund, el único de la familia realmente amable con ella.
Con el tiempo y mucho esfuerzo, Fanny logrará crearse un hogar en Mansfield Park, hasta el punto en que sentirá nostalgia del lugar cuando regresa a su casa de nacimiento. Jane Austen nos muestra aquí cómo el origen y los vínculos de sangre no siempre son los más importantes, pues muchas veces son superados por el hogar y las relaciones que se construyen a lo largo de nuestra vida.
La novela fue todo un éxito en ventas, en seis meses se agotaron los 1.250 ejemplares de la primera edición y Jane ganó más de trecientas libras, una cantidad notable para ella, quien solo percibía veinte libras al año. Desafortunadamente, nunca consiguió repetir el mismo éxito con las demás novelas.
«Una intuición afortunada nunca es tan sólo cuestión de suerte. Siempre hay algo de talento en ello.» Emma
Emma (1815)
Emma es la novela de Jane Austen más larga y cuya trama es la más sofisticada, repleta de enredos, incomprensiones e informaciones ocultas. Emma Woodhouse es la heroína austeniana más rica y que, por tanto, no necesita un matrimonio para poder vivir tranquilamente. De hecho, durante toda la novela, ella misma afirma no querer casarse, puesto que no le traería mayores beneficios y privilegios de los que ya posee. Se dedica a cuidar de su anciano y gruñón padre tras la marcha de el ama de llaves debido a su reciente matrimonio con un viudo.
A Emma no le apasiona tocar el piano ni leer; su actividad favorita es crear las situaciones propicias para acercar y hacer enamorar a sus amigos y conocidos, es decir, ser una verdadera casamentera. Aun siendo una mujer inteligente, Emma no es una gran observadora e intérprete del comportamiento y las emociones humanas, lo que dará lugar a malentendidos y situaciones equívocas, de las que Emma no saldrá muy bien parada. Si bien sus acciones (casi todas) son con buena intención, atravesará momentos de culpa y arrepentimiento tras haber herido a gente cercana y querida.
En este proceso de perdón y redención, Emma Woodhouse estará acompañada de George Knightley, hermano de su cuñado y un gran amigo de la familia. Él será la única persona que se enfrente a ella, reprochándole su comportamiento y advirtiéndola de sus consideraciones erróneas acerca de la gente que está influenciando. Aunque tendrán sus altibajos, su relación será clave en la historia y su amistad evolucionará lentamente hacia algo más. Pero, aunque el lector ya pueda imaginarse el final feliz típico de los libros de Jane Austen, todavía puede disfrutar de una gran trama repleta de giros inesperados y personajes caracterizados con exquisito realismo e ironía.
Persuasión (1817)
Esta obra fue publicada póstumamente por su hermano Henry en un único volumen junto a La abadía de Northanger. Muchos críticos la definen una novela «otoñal», por su ambientación y porque su protagonista Anne Elliot es la mayor de todas las heroínas. La razón de esta elección puede estar relacionada con la propia condición de Jane, quien escribió la historia en sus últimos años de vida, pasados los treinta.
El tema central de Persuasión son las segundas oportunidades. Al empezar la historia, Anne Elliot se encuentra en una situación no placentera; vive con una familia que no la aprecia ni valora y debe cargar con el peso de haberse convertido en una «solterona» con casi treinta años. En su mente y corazón persiste un antiguo amor, Frederick Wentworth, con quien tuvo una relación siete años atrás que fue interrumpida por ella misma, persuadida por una amiga que no consideraba apropiado comprometerse con un hombre de estatus social inferior.
La vida de Anne toma un giro inesperado cuando el señor Wentworth vuelve convertido en un capitán de renombre, después de haber recaudado una fortuna considerable gracias a las Guerras napoleónicas. El reencuentro entre los dos remueve los sentimientos de Anne, la cual se empeñará en intentar olvidarlo de nuevo, pero sin éxito. Además de la relación sentimental, en la novela se exploran otro tipo de relaciones. Anne encuentra un círculo de personas con las que tiene más afinidad y con las que se siente más aceptada y querida que con su propia familia, aunque estas no sean de su misma clase social.
De hecho, otro tema importante de la novela, el cual ha sorprendido a los críticos que recalcan el lado más conservador de Jane Austen, es la movilidad social gracias a la meritocracia. Los personajes pertenecientes a la Marina británica representan la clase emergente de aquellos que se enriquecieron gracias al trabajo, en oposición a la antigua aristocracia, que vivía de sus rentas y títulos nobiliarios y cuyo único objetivo era mantener sus privilegios.
La abadía de Northanger (1817)
Uno de los libros de Jane Austen más cortos, fue su hermano Henry quien decidió el título La abadía de Northanger cuando lo publicó tras la muerte de Jane. La novela es una clara sátira de las historias góticas que predominaban a finales del siglo XVIII. Su protagonista, Catherine Morland, es la más joven e inocente de las heroínas austenianas. Desde su descripción inicial, es evidente la sátira a la figura convencional de la heroína, pues se presenta como una joven vivaz que prefiere jugar y correr al aire libre a quedarse en casa haciendo labores.
Gran parte de la obra transcurre en Bath, ciudad donde Catherine es enviada a pasar una temporada en compañía de sus tíos. La joven, deseosa de hacer su entrada en sociedad, queda fascinada por Bath y se muestra entusiasta de poder disfrutar de todas las actividades sociales que ofrece la ciudad. Como toda novela de Jane Austen, no puede faltar el héroe masculino. Aquí nos encontramos a Henry Tilney, un joven ingenioso e irónico, cuyo padre posee una majestuosa abadía, a la cual es invitada Catherine.
Lectora apasionada de novelas góticas, su imaginación la llevará a vivir situaciones no muy agradables para ella, pero sí cómicas para nosotros. Como el mismo Don Quijote, la joven Catherine cree estar viviendo una auténtica aventura sacada de sus novelas favoritas. Tras pasar por un proceso de evolución, aprenderá a controlar su tendencia a soñar despierta y, ya convertida en una mujer madura, no acabará sin el final feliz propio de una heroína.
«Cuando una señorita de pueblo no tropieza con aventura alguna allí donde vive, debe salir a buscarlas en otro lugar.» La abadía de Northanger
¡Ahora os toca a vosotros decidir por cuál novela empezar! Si os interesa conocer más acerca de la figura de esta famosa escritora, os invitamos a leer nuestra biografía sobre Jane Austen y a descubrir la novela gráfica de La otra h, en la que se explora su vida sentimental.