Charles Dickens, escribió la amada novela Canción de Navidad en 1843, con la intención de llamar la atención de los lectores sobre la difícil situación que vivía la clase baja en Inglaterra.
La precariedad en la que vivía gran parte de la población obligaba a familias a desescolarizar a sus hijos para que pudieran aportar económicamente y, aun así, apenas tenían dinero para comprar comida. El número de muertes de niños nacidos en esa década era de 1 de cada 5 y las principales causas de muerte eran la contaminación de agua potable y tuberculosis. Otra gran parte de la población se veía obligada a dividir su familia para que los hombres e hijos entraran a trabajar en prisiones de deudores como donde pasó un tiempo el padre de Dickens.
Es así como el autor quiso reivindicar la situación y empezó con su proyecto en forma de panfleto, que poco después se convirtió en la historia que hoy conocemos como Canción de Navidad. Para su crítica, Dickens tomó testimonio de niños que detallaban sus agotadoras labores durante largas horas de trabajo, sus precarias habitaciones compartidas y sus tristes historias familiares, que lo dejaron afligido.
En tan solo dos meses, Dickens, escribió su novela reivindicativa donde defendía, entre otras, la idea de que los empleadores eran los responsables del bienestar de sus empleados y que no eran un mero número, que se les debía tratar como seres humanos. Si deseas profundizar más sobre la trama, crítica y los fundamentos de Canción de Navidad de Dickens, puedes visitar este enlace.
Aún habiendo pasado más de siglo y medio, la obra de Dickens sigue siendo hoy un libro de referencia con unos principios de tolerancia, solidaridad y altruismo que nunca quedarán anticuados.
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