Psicología analítica, la labor vital de C.G. Jung

Carl Gustav Jung fue un psiquiatra, psicólogo y ensayista de origen suizo que nació cerca de Basilea en 1875. Jung comenzó su carrera profesional en el hospital Bürghözli en 1900, llamando la atención por dedicarse en cuerpo y alma a la curación de sus pacientes.

Freud y Jung, una amistad con fecha de caducidad

Freud y Jung, una amistad rota en tiempos del psicoanálisis.
Freud y Jung, una amistad rota en tiempos del psicoanálisis.

Hacia 1906, Jung entró en contacto con el famoso psicoanalista Sigmund Freud, y rápidamente se convertiría en uno de sus más importantes discípulos. Jung sentía una enorme admiración por Freud y sus teorías, sin embargo, no estaba de acuerdo con su maestro en algunos aspectos, como su opinión de la libido o el complejo de Edipo. Pese a que durante unos años sus discrepancias fueron llevadas sin sobresaltos, con el paso del tiempo terminarían por romper su relación.

Jung fue uno de los más importantes discípulos de Freud, pero las desavenencias con su maestro terminarían separándolos. Te recomendamos leer nuestro post Freud y Jung, una amistad rota en tiempos del psicoanálisis.

Tras la ruptura, Jung se encerró en si mismo. Apenas escribió nada entre 1913 y 1919 y su vida era una rutina constante entre su consulta privada y su casa. Trató por todos los medios de analizarse a sí mismo, para lo que se auto provocaba imágenes inconscientes, dibujaba sus sueños y se contaba a si mismos historias diversas. Fue un proceso duro, pero de enorme creatividad y de profundo autoconocimiento, de manera que pronto empezó a recibir sus frutos. Con el paso de los años desarrolló sus principales ideas, como las teorías de los símbolos universales, los arquetipos, el ánima, el “sí-mismo” y el inconsciente colectivo. Todo ello lo volcó en su obra más importante, los Tipos psicológicos que se publicó en 1921. La mayoría de su obra posterior no es más que análisis más profundos y concretos de lo allí anunciado.

La forja de una teoría propia

Para 1943 Jung no sólo se había desvinculado totalmente de su maestro, sino que se convirtió en un pensador de renombre y de talla universal por derecho propio. A su muerte -en Küsnacht, en el lago Zúrich, en 1961- era prácticamente una leyenda de la psiquiatría, ya que no sólo había influido en la psicología, sino también en sociólogos, economistas, políticos, teólogos, etc. Incluso, tuvo un papel importante en la creación, de manera indirecta, de la archifamosa Asociación de Alcohólicos Anónimos, pues el método de ésta surgió en la consulta del propio Jung, aconsejando a uno de sus fundadores sobre la posibilidad de que la sed que trataba de saciar con la bebida era un reflejo de una sed de índole espiritual.

Ante todo, Jung era un hombre práctico y de mundo. Señalaba a menudo que un psicoterapeuta tenía que abandonar de vez en cuando la consulta y mezclarse con gente de la calle y de todos los estratos sociales, algo que él sabía hacer de manera notable. Era un hombre brillante y de gran conversación, extrovertido, lo que permitió acercarse a todo tipo de público. Buscaba una psicología que excediera de la racionalidad humana y tuviera en cuenta también nuestra parte irracional. Respetaba el método empírico, pero tenía ciertas dudas acerca de su validez, pues creía que había ciertos fenómenos que no podían ser demostrados de manera científica. De este modo dejó su mente abierta a muchas ideas, como por ejemplo la espiritualidad, tanto occidental como oriental, y otorgó un papel importante no tanto a la fe como doctrina religiosa sino como herramienta de estabilidad mental, afirmando que no había uno solo de sus pacientes de más de 30 años que no se beneficiara en alguna medida recuperar o adquirir una visión espiritual de la existencia.

La psicología analítica

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«Carl G. Jung y la psicología analítica»

Conocida también como psicología profunda, la psicología analítica es el nombre con que se conoce a la teoría psicológica de Carl Gustav Jung.

Estas teorías, elaboradas por Jung hacia 1913, parte de la existencia de un inconsciente “colectivo” en la psique de cada individuo, de manera que nuestra consciencia (la parte de nuestra mente a la que, por decirlo de alguna manera, tenemos acceso) no tiene que vérselas únicamente con nuestro inconsciente “personal” (donde se acumulan nuestros complejos), sino todos los contenidos transpersonales que moran en nuestro interior. Jung denominaría a estos contenidos, arquetipos; y a la relación del Yo consciente con el inconsciente colectivo la denominó autorrealización psíquica.

Para Jung, la psicología era la ciencia de la conciencia, y su fin, lograr la «autorrealización» del paciente

Consciente e inconsciente

El análisis de Jung busca, básicamente, crear un diálogo ente el consciente y el inconsciente. Usa como instrumento la imaginación activa y la interpretación de los sueños, que, al vincular la consciencia con el inconsciente, permitían la transformación psíquica y, por lo tanto, la curación del paciente. El principal objeto del método de Jung era lograr una autorrealización, el despliegue de lo que él denominaba el “sí-mismo” como articulación de los diferentes arquetipos, siendo la energía que explica esta dinámica la libido: el interés que expresa el sujeto hacia los diversos objetos (en lugar de ser una simple energía de índole sexual, como defendía Freud en su concepción del inconsciente)

De esta manera, nuestro yo consciente se situaría en el centro, como la frontera entre lo exterior (espacial) y lo interior (psíquico). Nuestra mente es por lo tanto un sistema dinámico compuesto por varias piezas relacionadas, que serían:

  1. Por un lado, el Yo, que mantiene la actividad entre los contenidos psíquicos. Es decir, la parte de nuestra mente que naturalmente usamos.
  2. Por otro, el inconsciente personal, que es el lugar intermedio en el que se acumula toda la información que captamos, pero que no está disponible para nosotros de manera consciente. Aquí su acumulan los complejos reprimidos, la información que creemos olvidada y todos los datos de nuestros sentidos que nos llegan de manera inconsciente.
  3. Por último, Jung defiende la existencia de un inconsciente colectivo, con contenidos que no son adquiridos de manera personal, sino que son una especie de herencia de la humanidad, formada a partir de su historia anterior y que se proyecta de diferentes maneras, como por ejemplos los mitos y las leyendas.

Para Jung la psicología era la ciencia de la conciencia, y pese a sus logros, no estaba entre sus objetivos el crear una nueva teoría, sino el desarrollar una serie de conceptos con los que resolver problemas clínicos. Su obra representa una visión pionera en lo referente a la psicología humana y, dado lo complejo del tema y su análisis, no podemos menos que agradecer a Herder la publicación de este manga, que pone al alcance de todos los públicos algunas de las teorías más fascinantes de Jung y que tantísimo han influido en nuestra visión actual de la mente humana.

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